Juan Castillo y Bell Simón

El domingo, 13 de noviembre de 2022, tuvimos la oportunidad de disfrutar, en Villa Amparo, de los versos y las canciones de Bell Simón, acompañada por el guitarrista Juan Castillo. Un recital para recordar a don Antonio Machado en un recorrido contextualizado por la época en la que vivió.

Fueron presentados por la concejala de cultura y vicepresidenta del Consejo Sectorial Machado, Julia Cañizares.

Dieron comienzo al recital con una Bayamesa de 1851 que evocaba, el ideal de libertad del romanticismo cubano y el sentimiento de frustración que causó en España la independencia de la isla y que tanto preocupó a la llamada Generación del 98. En su recorrido, recitaron versos de poetas del modernismo, del 98 y del 27 acompañados por la música popular de ese tiempo.

Comenzó Bella recitando un poema de A. Machado, heredero de la Institución Libre de Enseñanza, a la muerte de su director, Fernando Giner de los Ríos.

A Don Francisco Giner de los Ríos

Como se fue el maestro, 
la luz de esta mañana
me dijo: Van tres días
que mi hermano Francisco no trabaja. 
¿Murió?… Sólo sabemos
que se nos fue por una senda clara, 
diciéndonos: Hacedme
un duelo de labores y esperanzas. 
Sed buenos y no más, sed lo que he sido
entre vosotros: alma. 
Vivid, la vida sigue, 
los muertos mueren y las sombras pasan; 
lleva quien deja y vive el que ha vivido. 
¡Yunques, sonad; enmudeced, campanas! 

Y hacia otra luz más pura
partió el hermanó de la luz del alba, 
del sol de los talleres, 
el viejo alegre de la vida santa. 
… ¡Oh, sí!, llevad, amigos, 
su cuerpo a la montaña, 
a los azules montes
del ancho Guadarrama. 
Allí hay barrancos hondos
de pinos verdes donde el viento canta. 
Su corazón repose
bajo una encina casta, 
en tierra de tomillos, donde juegan
mariposas doradas… 

Allí el maestro un día
soñaba un nuevo florecer de España

En la época en que los hermanos Antonio y Manuel vivieron en París, pudieron oír, entre la música que se escuchaba allí, el cuplé de José Padilla, La violetera, que Bella canta con maestría. A continuación, recordó a Unamuno a través del poema que Machado le dedicó.

A don Miguel de Unamuno

Por su libro Vida de Don Quijote y Sancho

Este donquijotesco
don Miguel de Unamuno, fuerte vasco, 
lleva el arnés grotesco
y el irrisorio casco
del buen manchego. Don Miguel camina, 
jinete de quimérica montura, 
metiendo espuela de oro a su locura, 
sin miedo de la lengua que malsina. 

A un pueblo de arrieros, 
lechuzos y tahúres y logreros
dicta lecciones de caballería. 
Y el alma desalmada de su raza, 
que bajo el golpe de su férrea maza
aun duerme, puede que despierte un día. 
Quiere enseñar el ceño de la duda, 
antes de que cabalgue, al caballero; 
cual nuevo Hamlet, a mirar desnuda
cerca del corazón la hoja de acero. 

Tiene el aliento de una estirpe fuerte
que soñó más allá de sus hogares, 
y que el oro buscó tras de los mares. 
El señala la gloria tras la muerte. 
Quiere ser fundador y dice: Creo; 
Dios y adelante el ánima española… 
Y es tan bueno y mejor que fue Loyola: 
sabe a Jesús y escupe al fariseo. 

Prosiguió con, El agua de la fuente, dedicado a Juan Ramón Jiménez con quien Machado compartía una parecida concepción de la poesía, aunque el primero escribe más para una minoría y Machado para una mayoría. otra forma de hacer poesía, eran las coplillas de doble sentido como Tápame, tápame, que tengo frío, de la cupletista Goya (1917).

Rubén Darío, amigo y poeta nicaraguense, les ayudó a pagar el viaje de vuelta a Soria desde París cuando Leonor enfermó. Bell recitó Ese almendro florecido y cantó un vals de la «Belle Epoque», Fascinación, pasando después a la esperanza que muestra Machado en el poema A un olmo seco.

Dando un salto al tiempo, la narradora y cantante recordó el momento en que Machado proclamó, desde el balcón del Ayuntamiento de Segovia, el advenimiento de la Segunda República española , época en que sonaban cuplés como los de Rafael de León, Rocío y Ojos verdes o la copla de La bien pagá, de Ramón Perelló y Juan Mostazo.

Apenas iniciada la sublevación militar, fusilan a Federico García Lorca, de quien recitó Verde que te quiero verde y, a continuación, la elegía de Machado El crimen fue en Granada

El crimen fue en Granada

1. El crimen 

Se le vio, caminando entre fusiles, 
por una calle larga, 
salir al campo frío, 
aún con estrellas de la madrugada. 
Mataron a Federico 
cuando la luz asomaba. 
El pelotón de verdugos 
no osó mirarle la cara. 
Todos cerraron los ojos; 
rezaron: ¡ni Dios te salva! 
Muerto cayó Federico 

sangre en la frente y plomo en las entrañas
… Que fue en Granada el crimen 
sabed ?¡pobre Granada!?, en su Granada. 

2. El poeta y la muerte 

Se le vio caminar solo con Ella, 
sin miedo a su guadaña. 
?Ya el sol en torre y torre, los martillos 
en yunque? yunque y yunque de las fraguas. 
Hablaba Federico, 
requebrando a la muerte. Ella escuchaba. 
«Porque ayer en mi verso, compañera, 
sonaba el golpe de tus secas palmas, 
y diste el hielo a mi cantar, y el filo 
a mi tragedia de tu hoz de plata, 
te cantaré la carne que no tienes, 
los ojos que te faltan, 
tus cabellos que el viento sacudía, 
los rojos labios donde te besaban… 
Hoy como ayer, gitana, muerte mía, 
qué bien contigo a solas, 
por estos aires de Granada, ¡mi Granada!»  

3. Se le vio caminar… 
Labrad, amigos, 
de piedra y sueño en el Alhambra, 
un túmulo al poeta, 
sobre una fuente donde llore el agua, 
y eternamente diga: 
el crimen fue en Granada, ¡en su Granada!

Tras leer El café de barrio, poema de Machado a su amor de madurez, Pilar de Guadarrama, Guiomar, Bell recuerda la muerte del poeta en Collioure (Francia) y lee diversos fragmentos: uno, de un poema de Ernestina de Champurcín, titulado Exilio, otro de la filósofa María Zambrano, Yo nací, y de un artículo de María Teresa León. Para insistir en la idea de la exaltación de la vida y el rechazo a la muerte violenta, recitó el poema Tristes guerras, de Miguel Hernández y He andado muchos caminos, de A. Machado.

Terminó el recital con una canción de Nicolás Guillén, La muralla, que fue acompañada por un público que no cesó de aplaudir una actuación magnífica, llena de sensibilidad y calidad vocal y escénica.

Gracias a Juan y Bell por acompañarnos 💜

📚🎶🏠 Rocafort, Ciudad Machadiana